No creo que nadie se haya cansado de revisar mi blog esperando nuevas notas pero considerando la irregularidad de la aparición de las mismas, me gustaría enumerar algunas de las razones de este fenómeno.
Como dije una vez, mi blog es un medio para expresar parte de mí. Mis ideas, sentimientos, conflictos. Por eso, mis silencios, también deben considerarse como una demostración. Esto me pasa en distintos escenarios. Un ejemplo es cuando estoy en pareja; allí siento el deseo de contacto para expresarme y compartir mis ideas, satisfecho. Por lo menos en la medida de que escribir y buscar una mayor repercusión de mis palabras se vuelve innesesario, o no meritorio de mi esfuerzo. Otro caso, es cuando me veo abarrotado de tareas de mi vida cotidiana que me imposibilitan dedicarle un tiempo prudencial para producir algo digno de ser leído.
Ahora por último, voy a referirme a un caso que, espero, no se va a repetir. Ocasionalmente caigo en un nihilismo destructivo, no sólo a razón de la falta de repercusión de mis notas sino también por la falta de profundidad de mis pensamientos. Luego de mucho analizarlo, llegué a la conclusión de que, aúnque mis palabras navegaran en la intrascendencia, guardan la esperanza de causar cierto efecto. La única manera de tener menos repercusión es quedándome callado. Así que sin mucho más que perder, seguiré intentando escribir algo que despierte aunque sea un mínimo de interés.
